Converse y el baloncesto: la marca que puso los cimientos del juego

Antes de que Nike, Adidas o Jordan Brand dominaran la escena, hubo una marca que prácticamente definió el baloncesto moderno: Converse. Con sus inconfundibles zapatillas de lona y su legado ligado a generaciones de jugadores, Converse es una pieza esencial en la historia del deporte y de la cultura urbana.

Los inicios: cuando el baloncesto aún estaba naciendo

Converse fue fundada en 1908, pero su relación con el baloncesto comenzó oficialmente en 1917 con el lanzamiento de las Converse All Star, un modelo diseñado para un deporte que apenas llevaba un par de décadas existiendo.

En 1921, el jugador y entrenador Chuck Taylor se unió a la marca y se convirtió en su mayor embajador. Su influencia fue tan grande que Converse añadió su nombre al diseño, dando origen a las legendarias Chuck Taylor All Star, el primer calzado de baloncesto verdaderamente icónico.

Décadas de dominio absoluto

Entre los años 30 y 60, Converse reinó sin competencia. La mayoría de jugadores de baloncesto —desde institutos hasta ligas profesionales— utilizaban su calzado. La marca se convirtió en sinónimo de deporte, y las “Chuck” estaban presentes en todos los grandes momentos:

  • Juegos Olímpicos
  • Ligas universitarias (NCAA)
  • Primeras temporadas de la NBA

A mediados de los 60, se estima que más del 80% de los jugadores de la NBA llevaba Converse en los pies.

Los 70 y 80: la era de las Converse Pro Leather y Weapon

Aunque las Chuck Taylor marcaron la historia, Converse no se quedó ahí. En 1976 lanzó las Pro Leather, unas zapatillas de piel más modernas, y que fueron inmortalizadas por Julius “Dr. J” Erving con su famoso “tomahawk dunk”.

Pero el verdadero golpe cultural llegó en los 80. En 1986, Converse presentó las Weapon, usadas por dos de las mayores superestrellas de la historia:

  • Magic Johnson (Lakers, en amarillo y morado)
  • Larry Bird (Celtics, en verde y blanco)

Ver a los dos rivales más grandes de la década usando la misma marca reforzó el estatus de Converse en el baloncesto y en la cultura popular.

El declive: la llegada de nuevas potencias

A finales de los 80 y durante los 90, Converse comenzó a perder terreno frente a marcas que ofrecían tecnología más avanzada y diseños más innovadores. Nike, Reebok y Adidas empezaron a dominar las canchas y el mercado.

Aunque Converse siguió colaborando con estrellas (como Dennis Rodman en los 90), no pudo mantener su hegemonía. Finalmente, en 2003, Converse fue adquirida por Nike, que revitalizó la marca manteniendo su esencia clásica.

Converse hoy: del deporte a la cultura global

En la actualidad, Converse ya no es un gigante del rendimiento deportivo, pero sí un referente absoluto del estilo. Sus zapatillas forman parte del streetwear, la música, el skate y la cultura juvenil.

Modelos como las Chuck Taylor o las Pro Leather continúan relanzándose, y la marca ha logrado mantenerse relevante gracias a:

  • Colaboraciones con artistas y diseñadores
  • Ediciones limitadas
  • Renovaciones modernas con espuma, suelas mejoradas y materiales premium

Aunque su reinado en las canchas terminó, su legado en el baloncesto es incuestionable. Converse fue la marca que acompañó el nacimiento, crecimiento y consolidación del deporte, y sus siluetas siguen siendo un símbolo de autenticidad y cultura.

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